Aprovechando que tenía mucho tiempo libre y la edición de bolsillo de Las Tres Hermanas de Chéjov entre manos (la de Escélicer) ;pues me dije , vamos a releerla, y la volví a disfrutar y a sufrir a partes iguales (es lo que tienen los rusos). Y como siempre que leemos un texto los teatreros -como leemos tan pocos-, pensamos en poder montarlo, sobre todo si lleva muerto el autor más de 70 años (cosas de los derechos). Comprobé que Antón había muerto hace mucho más de 70 años, así que estaba libre de derechos, revisé el listado de personajes y conté quince. No hay que ser Cimarro caer en la cuenta de que era imposible ponerla en escena dentro de los parámetros de producción tan paupérrimos entre los que sobrevivimos por aquí en el sur. Así que jugué a ese ejercicio de Rodari: «¿Qué pasaría si…?» Y la premisa fue: ¿Qué pasaría si las tres hermanas vivieran en el Puerto de Santa María y su historia la contara desde el punto de vista de los pretendientes?
Respeté la estructura y los incidentes principales, apliqué las tres unidades aristotélicas que Chéjov se salta y a jugar. Lo demás es fruto de mezclas, invenciones y libertinajes varios.
Aquí os dejo una muestra, si queréis leerla completa, poneos en contacto conmigo.