«SE PUEDE SOBREVIVIR DEL TEATRO COMO UN PROLETARIO PURO»

JAVIER BERGER
Ideal (Costa)
17 diciembre 2016

‘Don Quijote en la patera’ es la última historia de Alfonso Zurro para disfrutar en familia. Un espectáculo, adaptado por la compañía de Teatro Clásico de Sevilla, que hoy, a las 18.00 horas, se representa en el teatro Alhambra y en el que emergen mundos mágicos y personajes sorprendentes, como el que interpreta Javier Berger, ideales para convencer a la audiencia más joven de los tesoros que los libros y las tablas esconden para los atrevidos. –Don Quijote, o lo que es lo mismo, Javier Berger, se hace a la mar esta tarde… –Así es. El caballero andante y su fiel escudero vivirán una épica aventura por los fondos marinos para luchar en desigual batalla con el mago Frestón y demostrar que dar felicidad a los niños es la más bella aventura que los hombres valerosos pueden emprender. –El espectáculo, que obtuvo el Premio Mención Especial del Jurado en el último Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, está recomendado para público familiar, a partir de 5 años. ¿Qué cree se consigue con él? –Abordar de una manera muy visual, y a través de la magia, la tragedia contemporánea que es la inmigración. –Se ha estrenado a lo grande en la compañía sevillana. –Así es. Es el primer montaje que hago con ellos y el balance está siendo muy positivo. No me puedo quejar. Además, en la obra, dirigida por Antonio Campos y Pepa Delgado, comparto protagonismo con dos grandes como son Juanfra Juárez, que interpreta al inseparable escudero Sancho Panza, y Javier Centeno, que hace nada más y nada menos que cinco personajes. –Y usted, ¿qué tipo de actor se considera? –Actor de teatro y de comedia. –¿Es cierto que es más difícil hacer reír que llorar? –Hacerlo bien, interpretes lo que interpretes, es de por sí difícil. No es que sea más complicado, sino que se suda más. (Sonríe). –Lleva en los escenarios desde 1999. ¿Cuántas veces ha pensado en tirar la toalla? –Alguna vez, pero le pasa a todo el mundo en un momento de su vida. Los guionista lo llaman el síndrome del farsante. (Risas). –¿Se puede, pese a todo, vivir de la interpretación? –Sí, se puede sobrevivir del teatro como un proletariado puro. –Su mayor satisfacción hasta el momento como actor. –El día a día, seguir haciendo lo que me gusta. –¿Dónde se ve dentro de unos años? –¡Buaf! No lo sé, pasando quizás en alguno momento a la dirección o escribiendo textos. Sí, tarde o temprano, me decantaré por ese terreno , a priori, aunque nunca se sabe. –¿Y sabe que tiene Javier Berger de Don Quijote? –La falta de realismo, las risas o la necesidad de ideales, además del porte, claro. Soy alto, delgado y huesudo. (Sonríe). –Y también todo un caballero. –(Risas). Intento en ocasiones deshacer algún que otro entuerto.

FUENTE: Kiosco y Mas